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Movilidad sostenible en la Costa Blanca

Movilidad sostenible en la Costa Blanca

Entre Dénia y Villajoyosa, el tráfico será más silencioso, limpio y comunitario, con un enfoque en la movilidad eléctrica, los carriles bici y los sistemas compartidos.

Quienes hoy se desplazan entre Dénia y Villajoyosa perciben el cambio no solo en los tejados, sino también en las calles. La región está trabajando para replantearse el tráfico: más silencioso, más limpio y más comunitario.
En Benidorm, Altea y La Vila Joiosa se están desarrollando conceptos de movilidad que integran en mayor medida la movilidad eléctrica y el transporte público en 10
Participa regularmente como municipio modelo en la Semana Europea de la Movilidad y, en los últimos años, ha puesto en marcha varios proyectos para el transporte con bajas emisiones, desde nuevos autobuses eléctricos hasta carriles bici ampliados. Para los pasajeros menores de 30 años, el transporte público sigue siendo gratuito, lo que supone un incentivo para dejar el coche en casa.

La infraestructura también está creciendo: en los últimos años se han instalado numerosas estaciones de recarga para vehículos eléctricos a lo largo de las localidades costeras, muchas de ellas en aparcamientos o edificios públicos. Municipios como Calpe, Benissa o Dénia están conectando cada vez más sus zonas de recarga a instalaciones de energía solar, de modo que la energía se genera y se utiliza a nivel local. Paralelamente, la red de carriles bici se amplía continuamente: entre Altea y L'Alfàs del Pi se está construyendo actualmente un nuevo carril bici costero, que se completará en los próximos años.

La movilidad forma parte desde hace tiempo de la política energética y climática. Varios municipios integran sistemas de uso compartido de vehículos eléctricos en sus planes de sostenibilidad.

Desde patinetes eléctricos hasta servicios de reparto eléctrico, pasando por el uso compartido de vehículos. En Villajoyosa se inauguró en primavera un nuevo aparcamiento disuasorio para mantener el tráfico de cercanías fuera del casco antiguo y crear zonas libres de emisiones.
La población también se suma a esta tendencia: según las últimas encuestas de la Generalitat Valenciana, el interés por los vehículos eléctricos e híbridos crece constantemente. Cada vez más hogares de la región se plantean dar el salto, no por obligación, sino por convicción. Al mismo tiempo, surgen pequeñas iniciativas vecinales para compartir desplazamientos y reducir costes: la movilidad como proyecto comunitario.

Aún hay muchas ideas en desarrollo, pero la interacción entre la energía, la planificación urbana y el comportamiento está surtiendo efecto: menos tráfico en los centros, aire más limpio, mayor calidad de vida. La movilidad vuelve a formar parte de un entorno habitable, y no es solo un medio para alcanzar un fin.
Desde la agricultura hasta el agua y la energía, pasando por el transporte, la sostenibilidad hace tiempo que dejó de ser una mera declaración de intenciones en la Costa Blanca. Entre Dénia y Villajoyosa está surgiendo una nueva forma de pensar: regional, práctica y con visión de futuro. Aquí no son las grandes palabras o las campañas las que marcan la diferencia, sino muchas pequeñas decisiones en la vida cotidiana, en el campo, en el ayuntamiento, en el hogar. Paso a paso, se está creando un estilo de vida que demuestra que la responsabilidad no tiene por qué ser dolorosa, sino que puede ser muy gratificante.