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En los últimos años, España ha experimentado fuertes fluctuaciones en los precios de la electricidad, que se vieron especialmente afectados en 2022 y 2023 por factores como el aumento de los precios de las materias primas, la incertidumbre geopolítica y la transición hacia las energías renovables. Mientras que los precios comenzaron en 2022 con picos de más de 200 EUR/MWh, en 2023 se registró un descenso significativo hasta una media de 87,43 EUR/MWh. Esto supuso una caída de más del 581 % con respecto al año anterior.
Previsiones para 2024: estabilidad a la vista
Según las previsiones para 2024, el mercado debería seguir estabilizándose. Los valores medios previstos para los primeros meses oscilan entre 60 y 80 EUR/MWh, lo que supone un claro indicio de relajación en comparación con años anteriores. Sin embargo, esta estabilización dependerá en gran medida de la disponibilidad de gas natural y de la evolución de las energías renovables.
El 1 de enero de 2024 entrará en vigor una nueva fórmula para la tarifa eléctrica regulada, que afectará a unos 8,5 millones de hogares.
En lugar de estar totalmente vinculada al mercado mayorista, como hasta ahora, la tarifa se calculará ahora en un 25% a partir de los precios futuros y en un 75% a partir de los precios diarios. Esta medida tiene por objeto reducir la dependencia de las fluctuaciones diarias del mercado y garantizar una mayor seguridad de precios a largo plazo.
Comparación de años y perspectivas
En retrospectiva, se observa que 2022 se caracterizó por subidas extremas de los precios, mientras que 2023 destacó por las intervenciones reguladoras y la fluctuación de los precios. Ahora, 2024 ofrece la perspectiva de una fase de mercado más tranquila, aunque factores imprevisibles como las crisis geopolíticas o las catástrofes naturales podrían seguir provocando fluctuaciones en los precios.
En resumen: Los precios de la electricidad en España parecen estabilizarse en 2024, aunque factores externos como la disponibilidad de gas natural y la transición a las energías renovables siguen siendo influencias importantes. Los consumidores deben seguir de cerca la evolución para optimizar sus gastos energéticos.