Revista Costa Blanca

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Moribundo Los pinares de la Costa Blanca: un ecosistema en un punto de inflexión

Bosques de pinos moribundos en la Costa Blanca: un ecosistema en un punto de inflexión

Expertos en sequía, plagas y la falta de recursos - por qué por qué están desapareciendo miles de árboles y lo que esto significa para el futuro.

Laderas secas, esqueletos de árboles grises y un creciente riesgo de incendio: la muerte de los bosques de la Costa Blanca está adquiriendo proporciones preocupantes. La Sierra Helada está especialmente afectada: Hasta 60% de los pinos han resultado dañados, y los expertos advierten de consecuencias y trastornos ecológicos a largo plazo. Pero, ¿qué hay detrás de la dramática muerte de los árboles?

En nuestra serie de artículos Café con Leche, hablamos con el ayuntamiento de Alfaz del Pi sobre las causas, los retos y las posibles soluciones: una conversación sobre el futuro de los bosques locales. Cualquiera que haya paseado por los bosques de Sierra Helada en los últimos meses o haya contemplado la reserva natural desde un mirador lo habrá notado: Pinares moribundos a una escala alarmante. Zonas enteras, antaño densamente cubiertas de vegetación, son ahora de un gris desolador. Un problema que afecta no sólo a este parque, sino a amplias zonas de la Costa Blanca.

Pero, ¿qué hay detrás de esta mortandad de árboles? ¿Qué papel desempeñan la sequía, las plagas y la intervención humana? ¿Y qué puede -o debe- hacerse para alcanzar un punto de inflexión y evitar una catástrofe ecológica?

Una muerte sigilosa: Causas y consecuencias
Según estimaciones no oficiales, hasta 60% de los pinos de Sierra Helada están afectados, una cifra dramática. La causa principal es la sequía extrema de los últimos años, que ha debilitado muchos árboles hasta tal punto que ya no pueden ofrecer suficiente resistencia a plagas como el barrenillo del pino. La combinación de falta de agua y plagas de insectos está provocando la muerte masiva de los árboles.
Las consecuencias van mucho más allá de los cambios estéticos del paisaje.
Los expertos advierten de que la madera muerta aumenta drásticamente el riesgo de incendios forestales devastadores en verano. Las casas que lindan con el parque natural podrían estar en grave peligro en caso de emergencia.

Además, la muerte de los árboles tiene efectos a largo plazo en todo el ecosistema de la región: sin la protección que proporcionan los bosques, existe el riesgo de que aumente la erosión del suelo, lo que puede afectar a las costas. La fauna también se resiente, ya que muchas especies dependen de los bosques como hábitat y fuente de alimento.

Conservación de la naturaleza entre las finanzas y burocracia
En vista de la alarmante situación, surge la pregunta de qué se está haciendo para resolver el problema. Y aquí se pone de manifiesto otro obstáculo: la fragmentada administración del parque natural.
Varias autoridades son responsables de Sierra Helada, incluidos los ayuntamientos de Benidorm, Alfàs del Pi y Altea, la administración del parque regional y un equipo de protección contra incendios.

Sin embargo, en lugar de actuar con eficacia, las responsabilidades parecen no estar claras. Un consejo de parques naturales, que en principio debía coordinar a todos los implicados, no se ha reunido desde la dimisión de su presidente.

La situación financiera también es precaria. Se distribuyó un fondo de conservación de la naturaleza de 500.000 euros a los 22 parques naturales de la Comunidad Valenciana, una suma que apenas basta para financiar la urgente retirada de árboles muertos y las medidas de prevención. En l'Alfàs del Pi, los fondos especiales ya se agotaron en enero.
El ayuntamiento ha adoptado al menos su propio plan de protección contra incendios, que prevé una franja de protección de diez metros de ancho en las zonas habitadas. Sin embargo, faltan recursos y estructuras claras para adoptar medidas más amplias.

El futuro de los bosques: ¿Necesitamos un nuevo comienzo?
Esta dramática evolución plantea otra cuestión: ¿deben sustituirse los pinos muertos por árboles nuevos?
El director del parque natural señala una interesante perspectiva histórica: hasta la década de 1960, la zona carecía en gran medida de árboles. Los pinos actuales se plantaron principalmente por motivos económicos, pero no están adaptados a las condiciones climáticas extremas de la región.

Esto significa que la simple reforestación con nuevos pinos no tendría mucho sentido. En su lugar, los biólogos son partidarios de la replantación selectiva con especies resistentes a la sequía. Una mayor biodiversidad podría ayudar a minimizar los daños futuros causados por la sequía y las plagas.

Actuar antes de que sea demasiado tarde
Una cosa es cierta: Sierra Helada no es el único espacio natural afectado en la Costa Blanca. La muerte de los árboles está afectando a muchos bosques de la región, y esto es sólo el principio. El cambio climático agravará aún más la situación.
Sin embargo, en lugar de desarrollar soluciones a largo plazo, el problema parece actualmente frenado por una mezcla de atasco burocrático y falta de financiación. Mientras tanto, cada verano caluroso aumenta el riesgo de incendios a gran escala, lo que tendría consecuencias aún más drásticas.

Una cosa está clara: esperar no es una opción. Si dejamos que los bosques desaparezcan sin control, no sólo pondremos en peligro la naturaleza, sino también la protección de las costas y todo el equilibrio ecológico.
La cuestión ya no es si hay que actuar, sino cuándo. Y la respuesta debería ser: inmediatamente.

Los interesados pueden ponerse en contacto con el Ayuntamiento de Alfaz del Pi por correo electrónico: residentes@lalfas.com