Revista Costa Blanca

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Polígono industrial Benidorm: una obra interminable que cuesta millones

Polígono industrial de Benidorm: una obra interminable con un coste millonario

30 años de planificación, presupuestos desorbitados e interminable burocracia.

El polígono industrial de Benidorm debía ser un hito en el desarrollo de la ciudad. Planeado como sede del primer centro comercial y de numerosas zonas comerciales, sin embargo, parece estar convirtiéndose en una tumba de un millón de dólares. Sobre el papel desde los años 90, el proyecto sigue siendo una obra interminable, literal y figuradamente. ¿El último obstáculo? La necesidad de ampliar la carretera de acceso sur, que podría suponer una nueva carga para las arcas municipales.

Un proyecto en el carril lento
Este prestigioso proyecto, planificado y debatido durante casi tres décadas, está sufriendo una serie de retrasos sin precedentes. El último reto afecta a la carretera de acceso sur, que debe ensancharse según los requisitos del Ministerio de Obras Públicas. La avenida Beniardà, punto de acceso central, necesita urgentemente una actualización para alcanzar la capacidad requerida. Mientras que el enlace norte -el tristemente célebre „Vial Discotecas“- ya está en obras, el lado sur permanece prácticamente intacto. ¿Cuánto costará? Se calcula que unos 3 millones de euros. La gran pregunta: ¿quién pagará la factura? El ministerio reclama la medida, pero no se pronuncia sobre la financiación.

Costes crecientes y nuevos obstáculos
El proyecto, que en su día comenzó como un desarrollo estructurado, fue cancelado por el Ministerio de Fomento en 2010. El motivo: una infraestructura inadecuada que no cumplía la conexión con la N-332. La construcción de una rotonda y un metro TRAM ha costado ya más de 16 millones de euros, todos ellos con cargo a las arcas municipales. Aunque está previsto que estas obras concluyan a finales de 2025, la carretera de acceso sur amenaza con costar millones más, con un resultado incierto.
La planificación original del proyecto en 2002 también simboliza la frustración actual. El contrato con la empresa Terra Village fijaba entonces los costes de desarrollo en 26,5 millones de euros. Sin embargo, con el paso de los años, los costes aumentaron en más de 50%, lo que hizo legalmente necesario rescindir el contrato. En noviembre de 2024, el ayuntamiento decidió retirar a Terra Village su condición de promotora. ¿El resultado? Un proyecto parcialmente terminado - y ninguna estrategia clara para las obras restantes.

Tres maneras de salir del caos
Tras la rescisión del contrato, la ciudad tiene tres opciones posibles:
- Una nueva licitación para las obras de urbanización, un proceso que requiere mucho tiempo y paciencia.
- El ayuntamiento es responsable de su finalización, una solución costosa y difícil desde el punto de vista logístico.
- Creación de una agrupación de interés (AIU) por parte de los propietarios para asumir la responsabilidad. Este modelo ya se ha aplicado con éxito en la zona de Armanello.

Un centro comercial en suspenso
Otro capítulo de la frustrante historia es el centro comercial previsto en la zona industrial. Los trabajos de excavación comenzaron en 2017 y estaba previsto que el centro abriera sus puertas en 2019. Sin embargo, problemas jurídicos, técnicos y financieros paralizaron el proyecto. A día de hoy, el proyecto está parcialmente terminado, sin perspectivas de finalización. De momento, el sueño de un floreciente centro comercial sigue siendo solo eso: un sueño.

Un símbolo para proyectos interminables
El polígono industrial de Benidorm recuerda desde hace tiempo las dificultades de los grandes proyectos de construcción: visiones ambiciosas, retrasos interminables y presupuestos desorbitados. Mientras los responsables intentan domar el caos, muchos se preguntan si la ciudad se hace cargo de este gigantesco proyecto... y quién acabará pagando la factura.

Queda por ver si este prestigioso proyecto se hará realidad algún día. Lo único cierto es que la historia del polígono es un capítulo más de la crónica del caos burocrático.