Revista Costa Blanca

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Marina Baixa se beneficia de la lluvia, pero necesita perspectivas

La Marina Baixa se beneficia de la lluvia, pero necesita perspectivas

Entre respirar aliviado y esperar. Con un nivel de llenado superior a 50%, la región está mejor situada que en 2024 - sigue habiendo problemas estructurales.

Las recientes lluvias han aliviado la situación, pero persisten problemas fundamentales de infraestructura. A pesar del aumento del nivel de los embalses, la región espera en vano inversiones cruciales.
Aunque las lluvias de las últimas semanas han supuesto un alivio, la situación del agua en la Marina Baixa sigue siendo tensa. Las reservas de almacenamiento se sitúan actualmente en torno al 53%, lo que supone un aumento significativo respecto al año anterior (41%) y ligeramente por encima de la media decenal (48%). No obstante, según la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), la comarca sigue oficialmente en situación de emergencia por sequía, al ser el único de los nueve sistemas de gestión de la cuenca hidrográfica del Júcar.

Las comunidades afectadas llevan años esperando una modernización sostenible de las infraestructuras hídricas. Recientemente se han vuelto a poner de manifiesto los déficits estructurales: aunque llueve más en ciertas zonas, las capacidades de almacenamiento no son suficientes para utilizar estos volúmenes a largo plazo.

Alta demanda, baja capacidad
El agua es un recurso crítico, sobre todo en la Marina Baixa, donde más del 93% de la población comarcal se concentra en sólo el 41% de la superficie. Los embalses de Amadorio y Guadalest -elementos centrales del suministro- sólo almacenan en conjunto 25 hm³. Incluso periodos secos medios como los de 2023/2024 llevarán el sistema al límite.

También se han criticado los requisitos de la CHJ: se exigen vertidos ecológicos mínimos en rías como la del Guadalest o la del Amadorio, aunque éstas sólo lleven agua temporalmente. Está pendiente un recurso ante el Tribunal Supremo.

Mucho prometido, poco realizado
En el actual plan nacional de gestión se han previsto inversiones por un total de 57,6 millones de euros para la región, ninguna de las cuales se ha ejecutado hasta la fecha. Siguen faltando nuevos embalses, mejores cuencas de retención o una mejor conexión con las plantas desalinizadoras existentes. La última gran medida fue la conexión con la desaladora de Mutxamel, que entró en funcionamiento en 2014.

Soluciones temporales con un sistema
La región ha demostrado durante décadas que la gestión pragmática y local del agua funciona, incluso sin apoyo centralizado. Sin embargo, el crecimiento demográfico, el aumento de la demanda agrícola y la creciente presión sobre las reservas ecológicas dejan claro que, sin una adición estratégica de infraestructuras adicionales -como la planta desalinizadora prevista en Benidorm a partir de 2028-, el suministro no está asegurado a medio plazo.

A pesar de que actualmente los embalses están mejor llenos, la situación del agua en la Marina Baixa sigue siendo un tema delicado. Lo que falta no es un alivio a corto plazo, sino una perspectiva a largo plazo.

En www.embalses.net encontrará los niveles de agua actualizados diariamente