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El ayuntamiento de Calpe ha decidido ahora investigar la regulación de este sector ante el fuerte aumento de alojamientos turísticos. En un año y medio se han registrado más de 1.000 nuevas viviendas vacacionales, con lo que el número total asciende a 5.365. Esta cifra corresponde aproximadamente a una quinta parte del parque total de viviendas de la ciudad. Esta cifra corresponde aproximadamente a una quinta parte del parque total de viviendas de la ciudad.
Para contrarrestar esta evolución, el ayuntamiento ha creado un grupo de trabajo técnico y político. Este grupo se encarga de analizar la situación y elaborar soluciones para regular los alojamientos turísticos en el ámbito de las competencias municipales. Se tendrán en cuenta diversos aspectos:
La comisión de trabajo también analizará la relación entre los pisos turísticos y otras formas de vivienda, como la residencia normal, los pisos de alquiler y las viviendas sociales.
Antecedentes y retos
Actualmente hay 26.201 viviendas registradas en Calpe, de las cuales 9.839 se utilizan como residencia principal. Dado que un tercio de las viviendas no utilizadas como residencia principal están clasificadas como pisos turísticos, el ayuntamiento declara la urgencia de estudiar y regular este sector. Esto es necesario para encontrar un equilibrio entre la oferta de viviendas vacacionales y la necesidad de viviendas asequibles para la población.
La alcaldesa Ana Sala destaca la importancia del turismo para la economía local, pero también la necesidad de facilitar el acceso a la vivienda a jóvenes y trabajadores.
Medidas adoptadas por otros municipios
Otros municipios también han adoptado medidas similares. Por ejemplo
Altea: Ha suspendido la concesión de permisos para alojamientos turísticos hasta 2025 con el fin de analizar la situación y encontrar un equilibrio.
Polop: También se está revisando y posiblemente regulando el alojamiento turístico.
Altea también ha celebrado cinco talleres en los que han participado diversas organizaciones del sector del alojamiento, así como asociaciones locales y ayuntamientos. Las medidas propuestas se presentarán ahora en una segunda fase.
En general, está claro que la regulación de los alojamientos turísticos en zonas muy frecuentadas es una tarea compleja pero necesaria para garantizar la calidad de vida de los residentes y, al mismo tiempo, mantener los beneficios económicos del turismo.