Costa Blanca Magazin

Miel, cerámica y cestas: tradición en los puertos deportivos

Von Bienen, Töpfen und Körben

Artesanía tradicional en la Costa Blanca - miel, cerámica, cestería y mucho más ....

A la sombra de los grandes temas -vino, aceite o chocolate- hay productos que pueden parecer menos espectaculares, pero que han caracterizado la vida cotidiana de los habitantes de la Marina Alta y la Marina Baixa durante siglos: La miel del Montgó, la cerámica de Orba y las cestas de Gata de Gorgos. No son productos fabricados en serie, sino la expresión de una cultura que se nutre de la artesanía.

Variedad dulce del Montgó y Guadalest
La apicultura tiene una larga tradición en la Marina Alta. En los alrededores del Montgó, cerca de Xàbia, las empresas familiares aprovechan la extraordinaria variedad de plantas de la región: tomillo y romero en primavera, azahar a principios de verano, lavanda y pinos más tarde. El resultado son mieles con sabores característicos que no sólo se venden en los mercados, sino que también son apreciadas en gastronomía. Miel Montgó es un ejemplo de cómo las prácticas ancestrales se combinan ahora con un moderno control de calidad.

Más al sur, en la Marina Baixa, los apicultores de Guadalest se han hecho un nombre. Sus colmenas se encuentran en el paisaje montañoso protegido que rodea el famoso valle. Aquí es donde se producen las mieles ecológicas, libres de influencias industriales y que impresionan por su fuerte sabor. Estas mieles son las favoritas en los mercados semanales de la región y los entendidos las consideran pequeños tesoros.

Cerámica de Orba - uso en lugar de decoración
Mientras muchos pueblos alfareros de España brillaban con azulejos vidriados y jarras decorativas, en Orba se desarrolló una tradición completamente diferente: la producción de cerámica de uso cotidiano. Cántaros, tinajas, tejas... piezas robustas y funcionales, a veces típicas cerámicas casi blancas que se utilizaban en todos los hogares. Esta especialización hizo de Orba un centro de cerámica cotidiana conocido más allá de la región hasta bien entrado el siglo XX. Hoy en día, sólo quedan unos pocos talleres en funcionamiento, pero la tradición sigue viva, no como un souvenir turístico, sino como parte de una cultura sólida y realista.

Gata de Gorgos - el pueblo de los cesteros
Casi ningún otro lugar de la Marina Alta está tan vinculado a una actividad artesanal como Gata de Gorgos. En el siglo XIX se desarrolló aquí una floreciente industria de cestería. Con hojas de palma y esparto se tejían cestas, sombreros, bolsos y muebles, productos que en su día se exportaban a Francia y Cuba. Familias enteras vivían de este trabajo y el paisaje urbano del pueblo se caracterizaba por ello: las cestas se apilaban a lo largo de la calle principal, los bolsos tejidos colgaban y los muebles se colocaban en hileras: un escaparate al aire libre. Aunque hoy en día el número de comercios es menor, Gata sigue siendo sinónimo de cestería. Los talleres que quedan combinan la artesanía con diseños modernos, manteniendo viva una antigua tradición.

Más que productos nicho
Puede que la miel, la cerámica y la cestería no brillen tanto como el vino o el chocolate, pero cuentan al menos tanto sobre los puertos deportivos. Muestran hasta qué punto la economía, la naturaleza y la cultura están estrechamente entrelazadas, cómo las empresas familiares han sobrevivido a lo largo de generaciones y cuánto de esta identidad sigue siendo visible hoy en día. Si se quiere entender las marinas, no sólo hay que mirar el cristal o el plato, sino también los talleres y los mercados.