Costa Blanca Magazin

Moraira - Donde el espíritu pesquero sigue vivo

Zwischen Atelierlicht und Straßenstaub: Die lebendige Kunstszene der Costa Blanca

Una atalaya, un puerto, un sentimiento de pueblo: Cómo Moraira conserva sus orígenes y sin embargo se convirtió en una bonita dirección junto al mar.

Cuando se pasea por las callejuelas que rodean el Castillo de Moraira por la mañana y los barcos cobran vida lentamente en el puerto, se percibe de inmediato que aquí los relojes marcan las horas de forma diferente. Moraira no es un clásico lugar de vacaciones, sino un antiguo pueblo pesquero que defiende su tranquilo encanto frente a todas las modas.

Desde la costa virgen al destino de los entendidos
Durante mucho tiempo, Moraira no fue más que un discreto puerto que pertenecía a Teulada. Los pescadores vivían en casas modestas, criaban cabras, cultivaban vino y se aventuraban mar adentro cuando hacía buen tiempo. Hasta los años setenta, sólo había unas decenas de familias que remendaban aquí sus redes y organizaban la vida entre la marea alta y la baja.
Pero mientras sus vecinos de Calpe y Benidorm hace tiempo que permitieron la proliferación de rascacielos, Moraira optó deliberadamente por la moderación. En lugar de bloques de hormigón, se construyeron casas bajas; en lugar de hoteles masivos, casas de vacaciones individuales. Un pueblo siguió siendo un pueblo - y por esta misma razón se convirtió en un imán para todos aquellos que prefieren unas vacaciones más relajadas.

Atalaya, vino y un pequeño puerto pesquero
Quien pasee hoy por Moraira encontrará muchas huellas del pasado. El primero y más importante es el Castillo de Moraira, una fortaleza del siglo XVIII que en su día se construyó para protegerse de los piratas. Un poco más allá, la pequeña Ermita de San Vicente Ferrer es un recordatorio de las raíces rurales de la ciudad.

Todavía hay algunos barcos pesqueros en el puerto, aunque hoy las capturas suelen ser modestas. Desde primera hora de la mañana, se descargan pequeñas cajas de besugos y calamares. Unos metros más allá, los restaurantes venden pescado recién capturado, normalmente directamente del cúter al plato.
Otra especialidad: el vino moscatel, que se cultiva en las laderas que rodean Teulada. Todavía hoy caracteriza la cocina local: dulce, fragante, tradicional.

Playas de postal
Moraira está bendecida con bahías que parecen casi kitsch y hermosas. La Playa de l'Ampolla -en pleno pueblo- es la más grande: de arena fina y suave pendiente, perfecta para familias. Un poco más allá se encuentra la pequeña Cala del Portet, enmarcada por suaves colinas y casas blancas: un lugar de postal donde reina la serenidad incluso en pleno verano.

Si lo desea, recorra el Paseo Ecológico, un sendero costero que se extiende desde Benissa hasta Moraira y ofrece fantásticas vistas.

Arte, mercados y vida cotidiana mediterránea
En Moraira viven unos 10.000 habitantes, muchos de ellos recién llegados de otras partes de Europa que han encontrado aquí su hogar. Al mismo tiempo, artistas, diseñadores y músicos se sienten atraídos por el pueblo, dándole su sabor creativo.

En pequeñas galerías y boutiques se pueden encontrar joyas, pinturas y cerámicas hechas a mano. En verano, se organizan exposiciones pop-up, conciertos y lecturas en el casco antiguo, que podrá descubrir casi por casualidad mientras pasea al atardecer.
El tradicional mercado de los viernes sigue siendo uno de los puntos de encuentro, al igual que las fiestas del pueblo: los coloridos Moros y Cristianos en junio o las fiestas patronales en honor a la Virgen de los Desamparados.

Por la noche, entre cócteles y música en directo
Cuando el sol se oculta tras el Cap d'Or, comienza un ritmo diferente en Moraira. Los bares del puerto se llenan, el olor a pescado a la parrilla y a verano inunda el aire.
Elegantes bares de copas y terrazas bordean la costa, donde a menudo se puede escuchar música en directo, a veces guitarras españolas, a veces sutiles sonidos lounge. En pleno verano se organizan conciertos al aire libre que reúnen a lugareños y visitantes. Los más activos pueden ir más tarde a los pequeños clubes o bailar al aire libre hasta altas horas de la noche.
Moraira hoy: entre el lujo discreto y la animación
Moraira ha cambiado - naturalmente. Hay buenos restaurantes, propiedades de alto standing y elegantes boutiques. Pero a pesar de la clientela internacional, no se siente como un barrio chic, sino como un lugar que sabe exactamente de dónde viene.
Quizá sea ésta su verdadera fuerza: Moraira demuestra que el desarrollo no significa sacrificar todo lo antiguo. Por el contrario, demuestra que el respeto por la historia y el sentido de la calidad pueden mantener vivo un pueblo, de día y de noche.

¿La lección de Moraira? Equilibrio
Moraira es muchas cosas: un refugio para entendidos, un pueblo con raíces pesqueras, un lugar donde el verano huele a lavanda, música y una copa de moscatel. Es un capítulo de la Costa Blanca que se cuenta en voz baja, pero que perdura en el tiempo.

Corto y dulce

▶ Población: aprox. 10.000 habitantes
▶ Principales playas: Playa de l'Ampolla (céntrica), Cala del Portet (tranquila y pintoresca).
▶ Hito: Castillo de Moraira
▶ Vino: Moscatel de Teulada
▶ Fiestas: Moros y Cristianos en junio, fiestas patronales en primavera.
▶ Particularidad: Pocos rascacielos, animada escena artística, conciertos en verano.

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