No todas las excursiones tienen que ser espectaculares para causar impresión. A veces basta con un sendero en buen estado, la luz adecuada y un destino que combine historia y vistas, como el Faro de l'Albir. El faro, que vigila la bahía del Albir desde el siglo XIX, es el centro de una pequeña pero variada red de senderos en el Parque Natural de la Serra Gelada, entre el Albir y Benidorm. El camino: tan accesible como paisajístico.
Asfalto, vistas, exposición - La clásica ruta de los faros
El sendero principal hasta el Faro tiene unos cinco kilómetros (ida y vuelta), está completamente trazado y no tiene barreras. Sigue la antigua ruta de abastecimiento y es apto para todas las edades, ya sea a pie, con cochecito o en bicicleta. A lo largo del camino hay paneles informativos sobre la geología, la vegetación y la vida marina local. En días despejados, las vistas se extienden por la bahía de Altea hasta el Peñón de Ifach. Los que llegan a su destino se ven recompensados con algo más que una vista panorámica: el edificio del faro alberga ahora una pequeña exposición sobre la historia del sistema de señalización marítima de la región.
Para experimentados: Ascenso al Alt del Governador
Si la ruta directa le resulta demasiado suave, puede tomar el sendero a medio camino hasta el Alt del Governador, el punto más alto del parque. La empinada subida exige una buena forma física, pero también ofrece unas vistas panorámicas espectaculares.
La ruta transcurre por senderos estrechos y sin asfaltar, por lo que es necesario ir bien calzado. Una vez en la cima, le espera una vista panorámica que, con buen tiempo, llega hasta la vecina isla de Ibiza.
Senda costera salvaje para exploradores
La tercera opción lleva a lo largo de los escarpados acantilados. Menos desarrollada, con un paisaje variado, pero desafiante en algunos puntos. El camino conduce a calas escondidas, por senderos estrechos y entre vegetación mediterránea. Si elige este tramo, deberá ir con pies de plomo y disponer de tiempo suficiente. A cambio, la ruta ofrece una experiencia de naturaleza pura, lejos de los caminos principales.
Disfrutar de la naturaleza sin largos desplazamientos
El Faro de l'Albir es un ejemplo de lo que puede ser el ocio local en la Costa Blanca: versátil, cerca de la naturaleza y apto para diferentes niveles de forma física. Si sale temprano, podrá disfrutar de las horas más frescas y de la luz especial de las mañanas, con vistas de gran alcance incluidas.
Ya sea para dar unos pasos o para recorrer ambiciosos metros de altura, el camino hacia el faro es siempre una buena decisión.